By Molly Malone, former staff member
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Las comunidades de Minnesota han pasado recientemente por el proceso de lograr que los proyectos solares casi lleguen a la línea de meta solo para quedar estancados por los desafíos de interconexión.
A pesar de la pandemia, 2020 fue un año récord para la instalación solar con un aumento del 43% con respecto al 2019. Pero después de alinear la ubicación, los contratos, los permisos y los instaladores, los proyectos solares comunitarios en las zonas rurales de Minnesota se topan con un obstáculo cuando llega el momento de conectarse a la red. En el año 2020 se solicitaron más de 500 de estos proyectos.
Las comunidades desde Northfield hasta los condados de Lyon y Murray han reportado tener el mismo problema. Cuando se aprobó un nuevo proyecto solar comunitario en el condado de Lyon en espera al acuerdo de interconexión, un permiso de uso condicional en el condado vecino de Murray tuvo que extenderse de 12 a 18 meses debido a demoras similares.
La Legislatura aprobó una ley de jardines solares comunitarios en 2013 y la popularidad creció rápidamente, solidificando el lugar de Minnesota como número uno en la nación en energía solar comunitaria. Los proyectos permiten a los residentes disfrutar de los beneficios de la energía limpia a través de un crédito en la factura sin tener que instalar infraestructura en su propiedad. Esto reduce el costo para los inversionistas individuales a través de economías de escala, al tiempo que permite a los instaladores confiables guiar el proceso hasta el paso final de la interconexión con la red eléctrica.
Ahí es cuando la empresa de servicios públicos se hace cargo. Pero en lugar de hacer avanzar el proyecto, este paso se ha convertido en un obstáculo. A medida que aumenta la demanda de energía solar, animamos a las empresas de servicios públicos a trabajar en estrecha colaboración con las comunidades interesadas para desarrollar una solución rápida y eficaz a este problema creciente.
