Crecí como trabajadora migrante, viajando todos los veranos a diferentes partes del país. Esta experiencia me ayudó a conectarme con los agricultores, especialmente con el amor compartido por la tierra. A lo largo de mis viajes, obtuve una gran cantidad de conocimientos que me han ayudado a ver la importancia de las comunidades rurales, que, en ocasiones, fueron muy acogedoras para nosotros como trabajadores migrantes.
Las comunidades rurales son muy importantes porque son la columna vertebral de lo que hace especial a Nebraska: cada comunidad rural que he visitado tiene su propia personalidad dinámica, y vale la pena salvaguardar estas diversas personalidades. Por todas estas razones, me siento agradecido de trabajar en el Centro, donde puedo ayudar a otros que están en la misma posición que yo. Poder correr la voz sobre la agricultura, especialmente dentro de la comunidad latina, es muy importante para mí, y es un trabajo que disfruto mucho.
Mi esposo, Caleb, y yo vivimos actualmente en Omaha con nuestras mascotas: Chuck, una cacatúa; Blue y Papaya, nuestros periquitos; y Speck, un pez de páramo negro. Somos voluntarios bíblicos de tiempo completo y nos encanta ayudar a nuestra congregación ofreciendo cursos de educación bíblica a aquellos que estén interesados. También nos encanta visitar los mercados de agricultores siempre que tenemos la oportunidad.
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